¿Es mejor ser Introvertido o Extravertido? Aquí tienes la respuesta en pocas palabras: ningún rasgo de personalidad –incluidos Introvertido y Extravertido– es mejor que otro. Dicho esto, la cuestión es un poco más compleja, y aquí te explicamos por qué.
Estereotipos engañosos
Quizá hayas visto que se suele encasillar a los Introvertidos como pensadores solitarios y a los Extravertidos como personas con don de gentes, pero estos estereotipos no son acertados. Esto se debe a que ser Introvertido o Extravertido en realidad no tiene que ver con nuestras habilidades sociales ni con el nivel de autoconocimiento, sino con el lugar de donde obtenemos nuestra energía y la forma en que nos relacionamos con el entorno. ¿Qué significa esto?
- Cuando los Introvertidos se sienten agotados, pueden necesitar pasar un tiempo alejados de estímulos externos. Esta comodidad con la tranquilidad y la soledad puede llevarles a ser introspectivos –y a menudo es así–, pero eso no significa que un Introvertido sea “mejor” reflexionando sobre sí mismo que un Extravertido. Los Extravertidos pueden ser muy conscientes de sí mismos; simplemente, tienden a recargar energías a través de estímulos externos y de la compañía de otras personas más que estando solos.
- Cuando los Extravertidos se sienten agotados, generalmente buscan salir al mundo para recargarse. Este impulso de salir y relacionarse puede hacer que se desenvuelvan socialmente muy bien –y suele suceder–, pero eso no convierte automáticamente a un Extravertido en alguien “mejor” socializando que un Introvertido. Los Introvertidos pueden ser muy amigables y comunicativos; simplemente, después de socializar suelen necesitar descansar a solas.
Normas culturales
Dependiendo de la cultura en la que vivas, puede parecerte más fácil ser Introvertido o Extravertido. Si estás rodeado de Extravertidos, por ejemplo, podría resultarte más sencillo ser Extravertido porque tus preferencias y tu energía serán parecidas a las de quienes te rodean.
Ahora bien, encajar en las normas culturales no es necesariamente mejor; en muchos casos, ser diferente puede ser una ventaja. Sin embargo, si habitualmente te rodeas de personas que no comparten tu tipo de personalidad, en ocasiones podrías sentirte en desventaja.
El papel de otros rasgos y experiencias
Introvertido y Extravertido son solo uno de los aspectos del tipo de personalidad de alguien. Los otros rasgos de la persona influirán mucho en sus acciones, pensamientos y sentimientos. Por ejemplo, un Introvertido con el rasgo Racional podría afrontar una entrevista de trabajo de manera muy diferente a un Introvertido con el rasgo Emocional.
Las experiencias de vida también serán determinantes a la hora de desenvolverse en una situación concreta. Si uno de los Introvertidos mencionados anteriormente trabajó en reclutamiento, por ejemplo, esa experiencia influirá sin duda en lo que diga durante la entrevista. Entonces, ¿a quién le iría mejor en una entrevista de trabajo: a un Extravertido sin experiencia en reclutamiento o a un Introvertido con experiencia? Es imposible saberlo.
Y esto demuestra por qué no es “mejor” ser Introvertido o Extravertido. Cada rasgo tiene sus puntos fuertes y débiles, pero ninguno es superior (o inferior) al otro en cuanto a ventajas o desventajas. Además, Introvertido y Extravertido son solo una parte de nuestra personalidad, una parte importante, sí, pero solo una pieza de lo que nos define.
¿Qué hacer a partir de aquí?
- Si aún no lo has hecho, realiza nuestro test de personalidad gratuito para descubrir cómo de Introvertido o Extravertido eres.
- Consulta nuestro mapa mundial para ver qué países tienden a ser más Introvertidos o Extravertidos.
- Sumérgete a fondo en la diferencia entre Introvertido y Extravertido.