Conozco a una persona, una joven a quien llamaré Mary. Es una gran amiga, se ríe fácilmente y es muy divertida. Pero la primera vez que la abracé, se puso rígida como una tabla. Para mí, abrazar —y cualquier forma de contacto físico casual— es algo natural cuando estoy con mis amistades. Sin embargo, pronto me di cuenta de que Mary era completamente opuesta.
A medida que nuestra amistad se fue fortaleciendo, se volvió evidente que siente una fuerte aversión a que otras personas la toquen. Esquiva las manos que se acercan con la destreza y agilidad de una bailarina. Realmente es impresionante la manera en que protege su espacio personal.
Un día le pregunté al respecto —porque soy curiosa, así soy yo—. Y lo que me dijo fue tan simple como profundo. Con un encogimiento de hombros, respondió: “Así soy, siempre he sido así”. No pude evitar admirar su aceptación de sí misma, sin disculpas. Luego añadió: “Es solo parte de mi personalidad”.
En este punto, puede ser una buena idea realizar nuestro test de personalidad gratuito si no estás seguro de cuál es tu tipo de personalidad.
Cómo influye la personalidad en nuestras preferencias de contacto físico
Los datos de nuestra investigación respaldan las observaciones que Mary hace sobre sí misma. Ciertos aspectos de nuestra personalidad parecen desempeñar un papel importante en la manera en que nos relacionamos con el contacto físico platónico, especialmente los rasgos de personalidad Racional e Introvertido.
Según nuestra encuesta “Sentido del Tacto”, un promedio del 56 % de los tipos Racionales afirman disfrutar del contacto físico casual, como un brazo sobre el hombro, incluso en público. Es cierto que eso representa a la mayoría, pero si lo comparamos con el promedio del 79 % de los tipos Emocionales que están de acuerdo, la diferencia entre personas con estos rasgos opuestos es bastante evidente.
En la misma encuesta, preguntamos si las personas consideran que el contacto físico es una forma efectiva de comunicarse, y de nuevo se revela esta clara división. Un promedio del 59 % de los tipos Racionales está de acuerdo, frente al 83 % de los tipos Emocionales.
Estos datos en ningún caso sugieren que todas las personas con el rasgo Racional sienten el mismo rechazo al contacto físico que mi amiga Mary. De hecho, los gráficos muestran que la mayoría de los tipos Racionales están cómodos con el contacto físico; simplemente no con el mismo entusiasmo que sus contrapartes Emocionales.
Si observamos estas dos mismas preguntas de la encuesta pero nos enfocamos en los rasgos de personalidad Introvertido y Extravertido, encontramos resultados que sugieren una correlación similar entre la Introversión y una menor probabilidad de disfrutar el contacto físico.
En promedio, el 65 % de los Introvertidos coincide en que disfruta del contacto físico ligero, comparado con el 84 % de los Extravertidos. Alrededor del 70 % de los Introvertidos considera que el contacto físico es una forma efectiva de comunicarse, pero si lo comparamos con el 86 % de los Extravertidos que está de acuerdo, vemos una muestra de la conocida reserva de los Introvertidos.
Racionales Introvertidos y la evitación del contacto físico casual
Llegó el momento de poner algunos nombres sobre la mesa —con cariño, por supuesto—.
Arquitectos (INTJ), Lógicos (INTP), Logistas (ISTJ) y, en menor medida, Virtuosos (ISTP) destacan por sus niveles comparativamente bajos de acuerdo con las dos preguntas mencionadas anteriormente.
Entonces, ¿qué pasa? ¿Por qué son así?
Pues simplemente lo son. Como afirmó mi amiga Mary —quien, por cierto, es Lógica—, es simplemente parte de su personalidad.
La influencia combinada de los rasgos de personalidad Introvertido y Racional se puede observar claramente en cómo responde cada tipo de personalidad a la pregunta: “¿Te describirías como alguien que se expresa abiertamente a través del contacto físico?”
Las personalidades Introvertidas tienden a verse a sí mismas como personas reservadas, y para algunos, esa reserva también se manifiesta alrededor de su cuerpo físico. Además, los Racionales Introvertidos son menos propensos a decir que sienten una fuerte necesidad de recibir afecto —ya sea físico o emocional—. Su rasgo Racional respalda una preferencia general por la conexión intelectual sobre el contacto físico casual como una forma de mostrar aprecio o afecto.
Considerando la naturaleza reservada y cerebral de estos tipos de personalidad, el acto de tocar puede parecerles algo muy íntimo. Por ejemplo, casi el 70 % de los Arquitectos considera que abrazar va mucho más allá de un acto casual. Aunque otros tipos de personalidad pueden tener diferentes criterios sobre qué constituye “intimidad”, la mayoría de las personas coinciden en que requiere cierto nivel de confianza, algo que los Racionales Introvertidos suelen reservar exclusivamente para sus personas más cercanas.
Cuando miramos el panorama general y consideramos cómo interactúan y se potencian entre sí estos dos rasgos de personalidad, tiene sentido que los Racionales Introvertidos sean más propensos a incomodarse o a evitar el contacto platónico con personas con quienes no tienen una relación estrecha.
Otros factores que influyen en evitar el contacto físico
Es importante reconocer que hay factores más allá del tipo de personalidad que también pueden influir en la tendencia de alguien a evitar el contacto físico casual.
En muchas culturas, el contacto casual —especialmente entre personas de distinto sexo— no es común o incluso está mal visto. Esto puede influir de manera significativa en que una palmada en la espalda o un brazo sobre el hombro resulten profundamente incómodos para alguien.
Al observar más de cerca, la dinámica familiar también influye mucho en la manera en que interactuamos físicamente con los demás. Yo soy del tipo de personalidad Emocional, pero cuando era niña, no solíamos abrazarnos en casa. Cuando era adolescente, me ponía tensa cada vez que una amiga me tocaba, sintiéndome cohibida y sin saber cómo reaccionar.
Pero ese toque me gustaba, aunque me incomodara. Con el tiempo, llegué a disfrutarlo y a corresponder ese contacto casual de ida y vuelta. Hacerlo me ayudó a sentirme más cercana a mis amistades. Finalmente, se volvió normal para mí relacionarme mediante el toque amistoso. Sin embargo, no todas las personas que crecieron en un entorno donde el afecto físico casual no era habitual logran ampliar su zona de confort de esa manera, y muchas nunca lo hacen.
Antes de terminar este artículo, hay dos factores adicionales que creo importante mencionar, aunque no me extenderé sobre ellos. No es por restarles importancia, sino porque escapan de mi campo de conocimiento y del ámbito de la teoría de la personalidad.
El primer factor se conoce clínicamente como sensibilidad táctil o hipersensibilidad táctil, que forma parte de un trastorno del procesamiento sensorial. Es una condición más allá de evitar el contacto físico simplemente, y tiene que ver con el sistema sensorial de la persona. Suele estar asociada con la neurodivergencia e implica una sensibilidad extrema no solo al tacto físico, sino también a cualquier cosa que roce la piel.
El segundo factor es el abuso. Cuando el cuerpo de una persona ha sido violado o maltratado por otros, esto puede tener consecuencias a largo plazo en la manera en que esa persona interactúa con el mundo que la rodea.
Reflexiones finales
Si eres alguien que tiende a evitar el contacto físico, ten presente que no estás solo/a y, lo más importante, no hay nada malo en ello. Es saludable reconocer y respetar tu zona de confort y tus límites personales.
Eso no quiere decir que no habrá momentos incómodos, como cuando abracé a Mary por primera vez. Pero su aceptación de sí misma y su disposición para hablar de sus preferencias —combinadas con mi voluntad de respetarlas— fueron factores clave para que nos hiciéramos tan buenas amigas.
¿Y sabes qué? De vez en cuando, y siempre bajo sus propios términos, Mary me aprieta el brazo suavemente cuando está muy emocionada por algo. Ese pequeño gesto significa más para mí que el abrazo más efusivo de un conocido, porque sé que confía plenamente en mí y que nuestra amistad es tan valiosa para ella como lo es para mí.
Si prefieres evitar el contacto casual, ¿cómo crees que influye tu personalidad en esa tendencia? ¿Cómo comunicas tus necesidades y preferencias a los demás? Cuéntanoslo en los comentarios.
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