Mediador
Aunque puedan parecer tranquilos o discretos, los Mediadores (INFP) tienen una vida interior vibrante y apasionada. Creativos e imaginativos, se pierden alegremente en sueños, inventando todo tipo de historias y conversaciones en sus mentes. Estas personalidades son conocidas por su sensibilidad: los Mediadores pueden tener respuestas emocionales profundas ante la música, el arte, la naturaleza y las personas que les rodean.
Idealistas y empáticos, los Mediadores anhelan relaciones profundas y conmovedoras, y se sienten llamados a ayudar a los demás. Pero como este tipo de personalidad representa una parte tan pequeña de la población, los Mediadores pueden sentirse a veces solos o invisibles, a la deriva en un mundo que no parece apreciar los rasgos que los hacen únicos.
No todo lo que es oro brilla; no todos los que vagan se pierden; lo viejo que es fuerte no se marchita; las raíces profundas no son alcanzadas por la escarcha.
El Don de la Empatía
Los Mediadores comparten una sincera curiosidad por las profundidades de la naturaleza humana. Introspectivos hasta la médula, están exquisitamente en sintonía con sus propios pensamientos y sentimientos, pero también anhelan comprender a las personas que les rodean. Los Mediadores son compasivos y no juzgan, siempre dispuestos a escuchar la historia de otra persona. Cuando alguien se abre a ellos o se dirige a ellos en busca de consuelo, se sienten honrados de escuchar y ser de ayuda.
La empatía es uno de los mayores dones de este tipo de personalidad, pero a veces puede ser un lastre. Los problemas del mundo pesan mucho sobre los hombros de los Mediadores, y estas personalidades pueden ser vulnerables a interiorizar los estados de ánimo o las mentalidades negativas de otras personas. A menos que aprendan a poner límites, los Mediadores pueden sentirse abrumados por la cantidad de errores que hay que corregir.
Hablar la Verdad
Pocas cosas incomodan más a los Mediadores que fingir ser alguien que no son. Con su sensibilidad y su compromiso con la autenticidad, las personas con este tipo de personalidad tienden a ansiar oportunidades para expresarse de forma creativa. No es de extrañar, por tanto, que muchos Mediadores famosos sean poetas, escritores, actores y artistas. No pueden evitar reflexionar sobre el sentido y el propósito de la vida, y en el camino se les ocurren todo tipo de historias, ideas y posibilidades.
A través de estos paisajes imaginativos, los Mediadores pueden explorar su propia naturaleza interior, así como su lugar en el mundo. Aunque se trata de un rasgo hermoso, estas personalidades a veces muestran una tendencia a soñar despiertos y fantasear en lugar de pasar a la acción. Para evitar sentirse frustrados, insatisfechos o incapaces, los Mediadores deben asegurarse de tomar medidas para convertir sus sueños e ideas en realidad.
En Busca de Una Llamada
Las personas con este tipo de personalidad tienden a sentirse sin dirección o estancadas hasta que conectan con un sentido de propósito para sus vidas. Para muchos Mediadores, este propósito tiene algo que ver con elevar a los demás y con su capacidad para sentir el sufrimiento ajeno como si fuera propio. Aunque los Mediadores quieren ayudar a todo el mundo, necesitan concentrar su energía y sus esfuerzos; de lo contrario, pueden acabar agotados.
Afortunadamente, como las flores en primavera, la creatividad y el idealismo de los Mediadores pueden florecer incluso después de las estaciones más oscuras. Aunque saben que el mundo nunca será perfecto, los Mediadores se preocupan por mejorarlo como pueden. Esta tranquila convicción de hacer lo correcto puede explicar por qué estas personalidades inspiran con tanta frecuencia compasión, bondad y belleza allá donde van.