Arquitecto
El pensamiento constituye la grandeza del hombre. El hombre es una caña, lo más débil de la naturaleza, pero es una caña pensante.
La cima puede ser solitaria. Los Arquitectos (INTJ), uno de los tipos de personalidad menos comunes y más capaces, lo saben muy bien. Los Arquitectos, racionales e inteligentes, se enorgullecen de su capacidad para pensar por sí mismos, por no mencionar su asombrosa habilidad para ver a través de la falsedad y la hipocresía. Pero como sus mentes nunca descansan, a los Arquitectos les puede costar encontrar personas que puedan seguirles el ritmo con su análisis incesante de todo lo que les rodea.
Un Pensamiento Pionero
Los Arquitectos lo cuestionan todo. Muchos tipos de personalidad confían en el statu quo, en la sabiduría convencional y en la experiencia de otras personas para guiar sus vidas. Pero los Arquitectos, siempre escépticos, prefieren hacer sus propios descubrimientos. En su búsqueda de mejores formas de hacer las cosas, no temen saltarse las normas ni arriesgarse a ser desaprobados; de hecho, disfrutan con ello.
Pero como diría cualquiera con este tipo de personalidad, una idea nueva no vale nada a menos que realmente funcione. Los arquitectos quieren tener éxito, no sólo inventiva. Aportan una determinación absoluta a su trabajo, aplicando toda la fuerza de su perspicacia, lógica y fuerza de voluntad. Y que el cielo ayude a cualquiera que intente frenarles imponiéndoles normas inútiles o criticándoles de forma poco meditada.
Este tipo de personalidad viene acompañado de una fuerte vena independiente. A los Arquitectos no les importa actuar solos, quizá porque no les gusta esperar a que los demás se pongan a su altura. También suelen preferir tomar decisiones sin pedir la opinión de nadie. A veces, este comportamiento de lobo solitario puede parecer insensible, ya que no tiene en cuenta los pensamientos, deseos y planes de los demás.
Sin embargo, sería un error considerar que los Arquitectos son indiferentes. Independientemente de los estereotipos sobre su intelecto estoico, estas personalidades sienten profundamente. Cuando las cosas van mal o perjudican a los demás, los Arquitectos se sienten personalmente afectados y dedican mucho tiempo y energía a intentar averiguar por qué las cosas sucedieron de la manera en que lo hicieron. Puede que no siempre valoren la emoción como herramienta para tomar decisiones, pero son auténticamente humanos.
Sed de Conocimiento
Los Arquitectos pueden ser a la vez los más audaces de los soñadores y los más amargos de los pesimistas. Creen que, con fuerza de voluntad e inteligencia, pueden alcanzar los objetivos más difíciles. Pero estas personalidades pueden ser cínicas con respecto a la naturaleza humana en general, asumiendo que la mayoría de la gente es perezosa, poco imaginativa o simplemente está condenada a la mediocridad.
Las personas con el tipo de personalidad Arquitecto derivan gran parte de su autoestima de sus conocimientos y agudeza mental. En el colegio, puede que les llamaran "ratas de biblioteca" o "empollones". Pero en lugar de tomar estas etiquetas como insultos, muchos Arquitectos las aceptan. Reconocen su propia capacidad para aprender y dominar cualquier tema que les interese, ya sea la codificación, la capoeira o la música clásica.
Los Arquitectos pueden tener una mentalidad cerrada y poca paciencia para la frivolidad, las distracciones o los cotilleos. Sin embargo, no son aburridos ni carecen de sentido del humor. Muchos Arquitectos son conocidos por su ingenio irreverente y, bajo su apariencia seria, suelen tener un sentido del humor agudo y deliciosamente sarcástico.
Frustraciones Sociales
Los Arquitectos no son conocidos por su calidez. Tienden a priorizar la racionalidad y el éxito sobre la cortesía y la amabilidad; en otras palabras, prefieren tener razón a ser populares. Esto puede explicar por qué tantos villanos de ficción se basan en este tipo de personalidad.
Como los Arquitectos valoran la verdad y la profundidad, muchas prácticas sociales comunes -desde las conversaciones triviales hasta las mentiras piadosas- pueden parecerles inútiles o directamente estúpidas. Como consecuencia, pueden resultar groseros u ofensivos sin darse cuenta, cuando lo único que pretenden es ser sinceros.
Pero, como cualquier tipo de personalidad, los Arquitectos anhelan la interacción social, sólo que prefieren rodearse de personas que compartan sus valores y prioridades. A menudo lo consiguen siendo ellos mismos. Cuando los Arquitectos persiguen sus intereses, su confianza natural puede atraer a la gente hacia ellos, tanto profesional como social e incluso sentimentalmente.
El Ajedrez de la Vida
Los Arquitectos están llenos de contradicciones. Son imaginativos y decididos, ambiciosos y reservados, curiosos y centrados. Desde fuera, estas contradicciones pueden parecer desconcertantes, pero adquieren todo su sentido cuando se comprende el funcionamiento interno de la mente de un Arquitecto.
Para estas personalidades, la vida es como una gigantesca partida de ajedrez. Los Arquitectos confían más en la estrategia que en el azar, y contemplan los puntos fuertes y débiles de cada movimiento antes de realizarlo. Y nunca pierden la fe en que, con suficiente ingenio y perspicacia, pueden encontrar la manera de ganar, sin importar los retos que puedan surgir en el camino.